Revista internacional de ciencias del comportamiento
Cada vez me siento más intimidado por la gente del mundo del coaching ejecutivo. Me dan una sensación de inquietud sobre mis propias capacidades. Muchos de los que ejercen esta profesión afirman ser capaces de “liberar el potencial dormido de los clientes y proporcionarles una sensación de autorrealización”. Dado que estos entrenadores parecen tener tanto que ofrecer, ¿cómo puedo alcanzar las cotas olímpicas que profesan? Con sus increíbles habilidades, dicen que pueden “profundizar en el aprendizaje de sus clientes, mejorar su rendimiento y aumentar su calidad de vida, tanto personal como profesionalmente”. Debe ser cierto porque presentan testimonios elogiosos de clientes que, gracias a sus intervenciones que cambian la vida, se han convertido en líderes fenomenales.
En medio del auge de los coaches ejecutivos, parece haber un tipo de coach aún más elevado: el master coach. Estos notables profesionales se diferencian del resto por estar “siempre atentos a las cosas que sus clientes no quieren ver o no quieren oír”. Son el sistema de alerta temprana de sus clientes, la clave de su autorrealización. Estos coaches llevan a sus clientes a lugares a los que nunca pensaron que podrían llegar.
Construir la confianza en sí mismo y la autoestima
¿Quieres ser un gran jugador de baloncesto? Necesitas estar en forma. Ser alto también puede ayudar. Pero los entrenadores que buscan atletas de élite no sólo se fijan en esos rasgos físicos. De hecho, estos están muy abajo en su lista, según un nuevo estudio. Lo que más interesa a los entrenadores de élite es lo que hay en tu cabeza.
Michael Rogers es estudiante de doctorado en la Universidad del Sur de Australia, en Adelaida. Para el nuevo estudio, publicado en Sports Medicine, encuestó a 90 entrenadores de 23 países. Entrenaban a jugadores de baloncesto universitarios, profesionales e internacionales, tanto hombres como mujeres. Rogers les preguntó en qué se fijaban a la hora de reclutar jugadores.
Los entrenadores propusieron 35 rasgos clave. Algunos eran físicos, como la resistencia y la velocidad. Otros eran psicológicos, como la actitud, la confianza y la motivación. A continuación, los entrenadores clasificaron los atributos que más valoraban. Y los rasgos psicológicos quedaron en primer lugar. Los rasgos más valorados fueron la competitividad, la ética de trabajo y la actitud. La capacidad de entrenar y la dureza también se encuentran entre los cinco primeros. Todas son psicológicas. Sólo un rasgo físico, la agilidad, se encuentra entre los 10 primeros.
Revista internacional de psicología de la educación
Se ha producido un crecimiento exponencial de las investigaciones que examinan las bases neurológicas de la cognición y el aprendizaje humanos. Sin embargo, se sabe poco sobre la medida en que los entrenadores deportivos conocen estos avances. En consecuencia, el objetivo del presente estudio era examinar la prevalencia de las ideas pseudocientíficas entre los entrenadores deportivos británicos e irlandeses. En total, 545 entrenadores del Reino Unido e Irlanda completaron una medida que incluía preguntas sobre cómo las teorías del cerebro basadas en la evidencia podrían mejorar el entrenamiento y el aprendizaje, cómo estaban expuestos a estas diferentes teorías y su conocimiento de los neuromitos. Los resultados revelaron que los entrenadores creían que una mejor comprensión del cerebro les ayudaba a planificar y llevar a cabo las sesiones deportivas. La estrategia más utilizada fue la fijación de objetivos. Curiosamente, el 41,6% de los entrenadores estaban de acuerdo con las afirmaciones que promovían los neuromitos. El neuromito más frecuente era “los individuos aprenden mejor cuando reciben la información en su estilo de aprendizaje preferido (por ejemplo, auditivo, visual o cinestésico)”, en el que creían el 62% de los entrenadores. Es evidente que un porcentaje relativamente grande de entrenadores basan aspectos de su práctica de coaching en neuromitos y otras ideas pseudocientíficas. Se discuten brevemente las estrategias para abordar esta situación, que incluyen la modificación del contenido de los programas de formación de entrenadores.
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Contraportada del libro – “Nunca pensé que mi viaje fuera especial. Nunca pensé que mi viaje personal fuera interesante para los demás. Estaba demasiado ocupado trabajando tan duro como podía para mejorar, primero en el tenis y luego en el baloncesto. Sentía que me ahogaba a veces y que me adelantaba en otras.Sin embargo, siempre supe que mi viaje me ponía en contacto con algunos asombrosos
Contraportada del libro – “Nunca pensé que mi viaje fuera especial. Nunca pensé que mi viaje personal fuera interesante para los demás. Estaba demasiado ocupado trabajando tan duro como podía para mejorar, primero en el tenis y luego en el baloncesto. Sin embargo, siempre supe que mi viaje me puso en contacto con personas increíbles. Estas personas me enseñaron muchas lecciones, dentro y fuera de la cancha de baloncesto, que ayudaron a formar la persona que soy hoy. Estas personas moldearon mi filosofía en torno a la búsqueda de nuestra mejor versión personal y ampliaron la lente con la que ahora veo el mundo. Al fin y al cabo, no todo el mundo ha tenido la suerte de pasar tiempo a su lado como yo. Estas son sus historias”.