Como si todo fuera un milagro

“Ahora te voy a pedir que cierres los ojos… ajusta un poco la postura, si lo necesitas, hasta que te encuentres a gusto. Y deja que la atención se fije en unos instantes en el fluir de la respiración, sin intentar controlarla, intentando respirar por la nariz, si te es posible, y permitiendo que el aire entre y salga por tus fosas nasales libremente, a su propio ritmo (…) imagina que estás asistiendo al funeral de un ser querido. Mira a tu alrededor, y date cuenta del lugar en el que te encuentras, observa las personas que están allí… incluso puedes sentir la pena compartida de la pérdida, y también quizás, la alegría de haber podido conocer al difunto (…) Te acercas hacia el lugar en el que se encuentra el féretro, y cuando lo miras, te ves cara a cara contigo mismo. Es tu propio funeral, de aquí a 5 años. Todas esas personas han ido a rendirte un último homenaje (…) ¿Qué es lo que te gustaría que dijesen sobre ti? ¿Qué tipo de persona te gustaría que describieran las personas que están allí?¿Qué carácter te gustaría que ellos hubieran visto en ti? Y sobre todo, ¿de qué manera te gustaría haber influido en sus vidas?”

Este es un ejercicio que de vez en cuando utilizo en mis talleres. La última vez que lo hice fue hace unos meses con un grupo de padres (casi todo eran madres, pero bueno…), de un cole de aquí, de Valencia. Y hubo gente que lo pasó realmente mal. No podían verse a sí mismos en esa situación, ya que les generaba un profundo dolor. Pero hubo otros que “entraron” en el ejercicio, y hasta alguno podía verse cómo derramaba alguna que otra lagrimilla al conectar con esa situación, y “escuchar” lo que su gente compartía sobre su persona.

  No olvides…

Llevo yo un tiempo ya reflexionando sobre la muerte, y más concretamente, sobre la finitud de la vida terrenal. Una de las cosas que más me llama la atención del temita es lo poco “entrenados” que estamos para aceptar la naturalidad de la muerte. Nuestra cultura y sociedad viven totalmente de espaldas a ella. Y sinceramente, creo que es un gran error.

Vivir creyendo que disponemos de todo el tiempo del mundo para hacer cosas, puede llevarnos a “trampas mentales”, de las que podemos salir muy tocados cuando alguien cercano se nos va, o cuando uno sufre una enfermedad grave…
Vivir creyendo que a nosotros no nos va a pasar, puede dejar en el tintero textos de nuestra alma que no han sido compartidos con los que más queremos.

Famoso es el texto de Borges “Si pudiera vivir nuevamente mi vida…”, pero hay uno en particular que leí hace tiempo y hoy he recordado. Una enfermera de cuidados paliativos llamada Bonnie Ware durante muchos años estuvo acompañando a los enfermos terminales y tuvo tiempo para escuchar a los moribundos, y concretamente sus razones más típicas de remordimiento en ese tramo vital, que sintetizó en las siguientes:

  Tú puedes contribuir con un verso…

1.- «Me gustaría haber tenido el valor de vivir una vida fiel a mís conceptos y no la vida que otros esperaban de mí»
2.- «Me hubiese gustado no haber trabajado tan duro»
3.- «Me gustaría haber tenido el valor suficiente para manifestar mis sentimientos»
4.- «Me hubiese gustado mantenerme en más contacto con mis amigos
5.- «Me gustaría haber sido más feliz»

Uffff! Qué duro arrepentirte de todo aquello que no has hecho, cuando ya no hay vuelta atrás!

Aprovechemos pues, hoy, aquí y ahora, que es lo único real que tenemos, para maravillarnos con ese cielo impresionante que nos acompaña todos los días, pero al que raras veces hacemos caso alzando la vista cuando andamos por la calle, o para disfrutar de ese abrazo con tus hijos, mientras hueles su pelo, su piel, y te los comes a besos… En definitiva, para conectar y conectarnos con la vida, y desplegar gratitud desde todos los poros de nuestro ser.

Porque, podemos vivir como si nada fuera un milagro, o como si todo lo fuera…

Disfruta del vídeo, hazte este regalo…

  Lo reconozco… soy incongruente!
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad