Entrenador personal vs. entrenador de vida
Por suerte -para ella y su equipo- consiguió un entrenador. Su entrenador le ayudó a aprender a ser más flexible y a centrarse en lo más importante. En un par de meses, volvió a ser la misma persona competente y colaboradora. En lugar de convertirse en una mala estadística de retención, estaba estableciendo objetivos de desarrollo profesional para su futuro.
Está demostrado que el coaching tiene un impacto poderoso y positivo en la confianza en uno mismo, el bienestar y el rendimiento laboral. Cuando un directivo recibe coaching profesional, los miembros de su equipo también se benefician de la tutoría, el desarrollo del liderazgo y la cultura del coaching que el directivo aporta a la organización.
La relación con un coach es diferente a cualquier otra relación personal o profesional. Un coach, gracias a su formación y experiencia, ve al coachee de forma holística y le anima a aportar todo su ser a las sesiones de coaching.
Aunque las sesiones de coaching son facilitadas por un profesional capacitado, ponen el control directamente en manos del miembro. Un buen coaching experto está diseñado para capacitar al individuo para que encuentre sus propias respuestas dentro de sí mismo. En la asociación de coaching, es el coachee, y no el coach, quien establece los objetivos, define el libro de jugadas y determina cómo es el éxito.
¿Qué se entiende por coaching personal?
¿Quién es un entrenador personal? Los entrenadores trabajan con clientes en casi cualquier área, como las relaciones personales y el crecimiento personal, los negocios, la carrera, las finanzas y la salud. Un coach trata de ayudar a un cliente a establecer mejores objetivos, a tomar más medidas, a tomar mejores decisiones y a aprovechar sus puntos fuertes naturales.
¿Para qué sirve un entrenador personal?
Un coach de vida es alguien que aconseja y anima a sus clientes a superar sus retos personales o profesionales. Un coach de vida ayuda a guiar a los clientes para que alcancen sus objetivos finales. Un coach de vida puede ayudar a los individuos en diferentes áreas de su vida.
Qué es la psicología del coaching de vida
El coaching de vida, a menudo llamado coaching personal o simplemente “coaching”, es un proceso de colaboración individual en el que un profesional capacitado (el coach) le ayuda a usted (el cliente) a alcanzar sus objetivos de vida personales. Estos objetivos pueden incluir casi cualquier cosa: más confianza en uno mismo, pérdida de peso, cambio de carrera, mejores relaciones, y muchos más. Hay personas de todas las edades, orígenes y ocupaciones posibles que reciben coaching, pero todas tienen algo en común: el deseo de lograr algo más en su vida personal o profesional. Sean cuales sean sus objetivos, un coach profesional le proporciona motivación, responsabilidad y apoyo, manteniéndole centrado y actuando semana a semana.
Una de las razones más comunes que la gente señala para querer trabajar con un coach es la sensación de estar “atascado”. Están atascados en un trabajo que no les gusta, atascados en una relación insatisfactoria o atascados en una vida que carece de sentido y propósito. El trabajo de un coach consiste en desatascarte y lo hace con una serie de herramientas, técnicas y procesos diseñados para ayudarte a encontrar lo que te impulsa, a dónde quieres llegar y la mejor manera de hacerlo.
Qué es el salario de un coach de vida
El coaching individual es una poderosa herramienta para estimular la eficacia profesional. Permite a cualquier persona que quiera crecer y desarrollarse hacerlo dando un paso atrás, para poner las cosas en perspectiva. Esto ayuda a la persona a tomar conciencia de sus patrones de comportamiento y de cómo esos patrones afectan a su relación consigo misma y con los demás. Es un momento de pausa en un espacio de confianza, protegido de las distracciones externas. Cada sesión tiene como objetivo desarrollar nuevas habilidades y nuevas actitudes, desafiando nuestra propia visión del mundo para enriquecer la paleta del líder.
El coaching permite al líder interactuar con un “entrenador”, un “estimulador” de la reflexión, que le hace llegar a ese momento en el que puede tener una visión global, así como una perspectiva de sus pensamientos y comportamientos.
Para Bee, el coaching se inscribe en una lógica de transformación consciente del líder. Nuestra experiencia, nuestro conocimiento tanto del mundo empresarial como de los mecanismos de desarrollo y aprendizaje de las personas, nos permiten ofrecer un estilo de intervención eficaz y ayudar en una transformación profunda para un liderazgo más eficaz y consciente.
Entrenador personal de carrera
En los últimos 15 años se ha hecho cada vez más popular la contratación de coaches para ejecutivos prometedores. Aunque algunos de estos entrenadores proceden del mundo de la psicología, una mayor parte son antiguos deportistas, abogados, académicos de negocios y consultores. No cabe duda de que estas personas ayudan a los ejecutivos a mejorar su rendimiento en muchas áreas. Pero yo quiero contar una historia diferente. Creo que en un número alarmante de situaciones, los entrenadores de ejecutivos que carecen de una formación psicológica rigurosa hacen más daño que bien. A causa de sus antecedentes y prejuicios, restan importancia o simplemente ignoran problemas psicológicos profundos que no comprenden. Y lo que es más preocupante, cuando los problemas de un directivo se derivan de dificultades psicológicas no detectadas o ignoradas, el coaching puede empeorar la situación. En mi opinión, la solución suele consistir en abordar el conflicto inconsciente cuando los síntomas que aquejan a un ejecutivo son persistentes o graves.
Pensemos en Rob Bernstein. (En aras de la confidencialidad, utilizo seudónimos a lo largo de este artículo). Era vicepresidente ejecutivo de ventas de un distribuidor de piezas de automóvil. Según el director general, Bernstein causaba problemas dentro de la empresa, pero valía su peso en oro con los clientes. La situación llegó al punto de ruptura cuando Bernstein humilló públicamente a un empleado de correos que había interrumpido una reunión para que alguien firmara un paquete. Después de ese incidente, el director general asignó a Tom Davis como entrenador de Bernstein. Davis, un elegante abogado de empresa, trabajó con Bernstein durante cuatro años. Pero en lugar de analizar el maltrato de Bernstein al personal de apoyo, Davis le enseñó técnicas para “gestionar a la gente pequeña”, en el sentido más maquiavélico. El problema era que, aunque el entrenamiento parecía cosechar algunos éxitos impresionantes, cada vez que Bernstein superaba una dificultad, inevitablemente encontraba otra que ocupaba su lugar.