¿Por qué unos equipos funcionan y otros fracasan estrepitosamente?
¿Te has fijado con qué frecuencia utilizamos la palabra equipo? ¿Por qué se demanda tanto la competencia del trabajo en equipo? ¿Te has preguntado alguna vez cuál es tu contribución en el equipo de trabajo en el que formas parte?
Si lideras un equipo, ¿te has cuestionado en alguna ocasión cómo integrar y motivar a todas las personas que integran tu equipo?
Muchas de estas cuestiones son las que surgen con frecuencia en nuestras organizaciones, y están íntimamente relacionadas con la inquietud de integrar el talento y las capacidades de las personas en los procesos de trabajo… pero ¿cuáles son las claves para trabajar en equipo?
Hay muchas, pero una de ellas, tiene que ver con los roles que las personas desarrollan en el seno de los equipos de trabajo, entendiendo el rol como la tendencia particular de comportarse, contribuir y relacionarse socialmente.
Identificando los roles que las personas ponen en juego en los equipos de trabajo, podemos abordar factores que quizás son incómodos y que pueden estar interfiriendo en su normal funcionamiento, como punto de arranque para la toma de conciencia de la realidad del equipo, aplicar metodologías de trabajo más eficaces y modificar reglas de interacción entre los miembros.
La metodología BELBIN® de los Roles de Equipo, supone una interesante herramienta para abordar dichas situaciones. Se basa en dos fuentes de información: la percepción que tiene uno mismo acerca de su comportamiento, y la que tienen los compañeros, colaboradores y superiores, en una especie de feedback 360º enfocado en el comportamiento observable (que no personalidad).
De este enriquecedor cruce de datos se obtiene un perfil, compuesto por 9 roles, que son ponderados en función de las respuestas y del que resulta una clasificación que detalla los roles preferidos, los capaces de asumir, y los menos preferidos.
No hay roles mejores, ni roles peores. Cada uno aporta un sabroso ingrediente, en términos de contribución, para conformar un buen banquete; pero cada rol también tiene su lado oscuro, el de la debilidad que, según la metodología, puede ser permitida, o no permitida. Además, cada contexto y cada momento requieren del protagonismo de roles diferentes. Sólo hay que pensar que en el momento de plantear el lanzamiento de un nuevo producto o servicio, cobran mayor protagonismo los roles más creativos, mientras que los más «sociales» pueden ser muy codiciados para los momentos de conflicto.
Todo ello configura un completísimo y enriquecedor diagnóstico, que sirve como punto de arranque para abordar diversas líneas de trabajo, a saber:
1.- Poner en valor los puntos fuertes del rol asumido.
2.- Pulir las debilidades desarrolladas por cada uno de los roles.
3.- Identificar las carencias, en términos de roles de un determinado equipo, bien sea por el contexto en que tiene que interactuar, bien por el momento en el que se encuentra un determinado proyecto.
4.- Adaptar el comportamiento desplegado en el seno del equipo de uno o varios miembros, en aras a un mejor funcionamiento y por tanto una mejora en el rendimiento.
5.- Describir el perfil de un puesto de trabajo, y realizar un proceso de selección más enfocado a la búsqueda e identificación de determinados roles en los candidatos.
Aquí tienes un vídeo que resume en 2 minutos la metodología
Y a ti…¿te gustaría probar la herramienta?
@borjaruizg