Y tú, ¿educas o inculcas?

«A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: «¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?». Pero en cambio preguntan: «¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?». Solamente con estos detalles creen conocerle.
(El Principito).

Cada vez tengo más claro que uno de mis temas de aprendizaje vital tiene que ver con mi rol como padre…

Dicen que el tiempo (y yo añado que la vida), va poniendo a cada uno en su sitio, y creo que a mí me está tocando tragarme unas palabras ingenuas que salieron por mi boca antes de ser padre. Madre mía lo que han dado de sí estas dichosas palabrejas:

«…eso de educar no debe ser tan complicado… con la autoridad todo se soluciona» (Borja dixit).

Me entran ganas de reír (por ser benevolente conmigo mismo) cada vez que pienso lo poco acertado que estuve en esa ocasión, y por recordar, una vez más, lo fácil que es opinar sin tener ni idea de qué va la cosa (qué manía tengo en seguir practicar uno de nuestros deportes nacionales!).

Yo creo que la vida va repartiendo a cada uno, en dosis calculadas con una precisión asombrosa, las píldoras que necesitas aprender…Y en el reparto vital de las pildoritas, yo me llevé la palma de las que ponían «Aprender a ser padre»… mecachis!!! Supongo que por eso será que me atraen tanto los temas relacionados con la educación, o es que soy un masoca redomado, que también podría ser…

  ¿Has probado a cambiar de gafas?

Pues bien, el otro día, y a través de la recomendación de un familiar, cayó en mis manos un libro que contiene una interesante reflexión sobre la educación centrada en el reconocimiento de la naturaleza de los niños llamado «Educar en el Asombro» (Katherine L´Ecuyé), y que si bien no me aportó nuevas u originales revelaciones sobre la cuestión educativa, la recopilación de lucidez, sencillez y sensibilidad que destila el libro me sedujo desde el primer instante.

Uno de los capítulos habla de la diferencia entre educar e inculcar. En palabras de L´Ecuyé, «el paradigma del educador que educa es acoger, mientras que el del educador que inculca es dar, o más bien imponer. El que educa, acepta al niño tal cual es…»

Cuando leí esto, inmediatamente me vi reflejado en multitud de situaciones en las que trato de inculcar mi propio modelo sin tener en cuenta las necesidades específicas de mis hijos. Me vienen a la cabeza los típicos momentos en los que estás agotado y necesitas que todo tu entorno esté en calma, y aparecen, como por arte de magia, y para fastidiar (eso crees realmente) esos locos bajitos jugando a tu alrededor, y un impulso se apodera de ti tratando de frenar y cortar de raíz esa necesidad vital de los niños, anteponiendo tu bienestar al suyo, olvidando por enésima vez que son niños, que tienen sus propios ritmos y que no coinciden la mayor parte de las ocasiones con el de los adultos, y… que es genial que sea así! (aunque no te venga bien).

  Tú puedes contribuir con un verso…

Y así, casi sin querer, te encuentras bloqueando momentos de exploración y de aprendizaje a través de uno de los mecanismos más genuinos de los niños: el del asombro.

Llegados a este punto, me pregunto, ¿qué nos está pasando, que no sólo estamos perdiendo a pasos agigantados esa capacidad natural que enriquece nuestra experiencia, sino que también se la estamos limitando a los niños, como si de una mutilación se tratara?

… (silencio).

A grandes males, grandes remedios. Para este nuevo año que empieza, voy a incorporar a mi lista un nuevo objetivo: «cultivar el asombro». ¿Que qué es el asombro? Podría soltar parrafadas del tipo «el asombro es la capacidad de mirar con ojos nuevos todo lo que sucede», o «hacer que se estrene el Universo en las cosas que percibo»… pero creo que ninguna explicación puede competir con la belleza de las siguientes imágenes que ilustran a la perfección la cuestión:

Y tú, ¿educas o inculcas? ¿Favoreces el cultivo del asombro o lo dificultas?

@borjaruizg

Si te ha gustado el artículo, comparte! Gracias.

  Confía… qué bonita palabra!

Relacionados

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad